jueves, 26 de mayo de 2011

UGT CORDOBA SE MANIFIESTA EN DEFENSA DE LAS TRABAJADORAS DE CLECE, DEL AYUNTAMIENTO DE CORDOBA

Hoy día 13 de abril la Federación de Servicios Públicos de UGT Córdoba se manifiesta  a partir de las 18 horas frente a las puertas del Ayuntamiento de Córdoba en protesta por la situación en la que permanecen, desde hace meses, las más de 800 trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio.
UGT exige la implicación de la institución local para que medie con la empresa CLECE que reiteradamente incumple el convenio colectivo de estas trabajadoras.
UGT ha intentado en varias ocasiones el que la empresa se avenga al cumplimiento de lo pactado, firmado y publicado en dicho convenio y hasta la presente solo hemos encontrado muchas palabras y ningún acto positivo.
Resaltar que dicho colectivo tiene unos sueldos raquíticos y normalmente son los únicos que entran en la unidad familiar, para que encima toda una empresa de ámbito nacional se pueda permitir el lujo de no cumplir con sus obligaciones.
El servicio de ayuda a domicilio es una necesidad que tienen los más necesitados, que la Administración a apostado por ayudar a quien más lo necesita, que está generando mucha creación de empleo pero que desgraciadamente nos encontramos con algunos empresarios sin escrúpulos que pisotean los derechos de los trabajadores por encima de cualquier norma, obligación o pacto firmado.

sábado, 21 de mayo de 2011

Huelga indefinida de la Ayuda a Domiclio por el estancamiento del convenio

CC OO asegura que la patronal no se presentó ayer a la reunión para alcanzar un pacto

EL PAÍS - Madrid - 18/05/2011
Los servicios de Ayuda a Domicilio han comenzado hoy a las 7.30 una huelga indefinida ante el estancamiento en la negociación del convenio colectivo y la falta de acuerdo con la patronal Asemad -integrada por cinco empresas- que ayer no se presentó a la reunión con los representantes de los trabajadores para alcanzar un pacto.

El colectivo, de unos 10.000 empleados en toda la región, asegura sufrir retrasos en el pago de sus salarios de hasta ocho meses así como la intención de las concesionarias del servicio de congelar sus sueldos.
El sindicato CC OO ha cifrado el seguimiento de los paros en un 100%, aunque ha criticado los "abusivos" servicios mínimos que la Administración ha decretado en un 100% para los empleados encargados del aseo personal y en un 50% para los dedicados a la limpieza del hogar y otra asistencia doméstica.
Los trabajadores han decidido en Asamblea presentar una denuncia por estos servicios mínimos ante el Juzgado de lo Social, según ha informado una portavoz de CC OO, quien ha asegurado que durante las primeras horas de huelga los empleados han sufrido presiones por parte de las empresas adjudicatarias. "Llamaron [en referencia a las empresas] anoche a las trabajadoras para darles los partes de trabajo durante la huelga que obligan a doblar turnos y hacer horas extras", ha explicado.
La organización sindical asevera que Quavitae está obligando a los auxiliares a trabajar a turno doble y partido. Aser ha incrementado las jornadas de 5 a 8 horas y Eulen está obligando a los empleados a doblar su turno.
Ante estas conductas que vulneran el Derecho a la Huelga, CC OO ha convocado una Asamblea a las 16.30 en el Auditorio Marcelino Camacho.

La huelga de ayuda al domicilio se suspende tras llegar a un preacuerdo con la patronal

Las trabajadoras decidirán esta tarde a las 17 horas si se continúa con la huelga y la concentración de hoy

AGENCIAS - Madrid - 20/05/2011


Las trabajadoras del servicio de ayuda al domicilio han llegado a un preacuerdo con su patronal (Asemad) en la negociación del convenio. Comisiones Obreras ha informado en un comunicado la existencia del preacuerdo entre Asemad y CC OO y UGT que podría poner fin al conflicto en el sector que ha desembocado en una huelga indefinida que empezó el pasado miércoles.
A las cinco de la tarde las trabajadoras decidirán si el preacuerdo es suficiente o si continúan las movilizaciones previstas, incluida la concentración programada para este tarde. Para ello, se ha convocado una asamblea en el Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO Madrid.
CCOO ha asegurado que no se descontará a las trabajadoras parte del sueldo por las jornadas de huelga. "Las movilizaciones de las trabajadoras y su fortaleza han conseguido que la patronal desista de sus pretensiones iniciales de congelar los salarios, imponer la disponibilidad total, rebajar días de permiso y vacaciones, recortar prestaciones en las bajas por enfermedad", ha manifestado CC OO.
En el preacuerdo, afirma, "todas estas pretensiones desaparecen, el articulado del convenio se queda como está y en el apartado económico se propone una subida salarial de un 3,8% para el año 2011 y una paga de 130 euros para compensar los emolumentos perdidos en el año 2010 durante la negociación del convenio".


viernes, 20 de mayo de 2011

Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico

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Bicicleta, Cuchara, Manzana

En el otoño del 2007, a Pascual Maragall se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer. Tras el duro golpe, él y su familia inician una cruzada contra la enfermedad y, desde el primer paso, esta película se convierte en testigo excepcional. Con inteligencia, sinceridad y buen humor, Maragall se deja retratar junto a su familia y los médicos para dejar constancia del día a día de su lucha personal. Dos años de seguimiento a un paciente excepcional dispuesto a que los científicos encuentren la cura antes de que la cifra de 26 millones de enfermos en el mundo se multiplique por 10. Una película dura, pero optimista a pesar de todo



Uno por ciento, esquizofrenia

Este documental transporta al espectador a un recorrido laberíntico poblado de espacios múltiples donde los prejuicios se transforman en invitaciones de acercamiento a compartir lo misterioso, doloroso, impensable y humano de esta enfermedad que hoy en día afecta a más de 52 millones de personas en todo el mundo.






Esquizofrenia: Los abismos del inconsciente

Este documental analiza las relaciones que existen entre genialidad y locura a partir del análisis de varios casos célebres, como el Premio Nobel de Economía John Forbes Nash o el compositor Robert Schumann.



Definición de trastorno mental

Un trastorno mental es un síndrome o un patrón psicológico de significación clínica, que suele aparecer vinculado a un malestar o una discapacidad. En este sentido, cabe destacar que una enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, que se traduce en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la comprensión de la realidad y de la adaptación a las condiciones de la vida.
Trastorno mentalLos trastornos mentales pueden ser ocasionados por factores biológicos (ya sean genéticos, neurológicos, etc.), ambientales o psicológicos. Por eso requieren de una atención multidisciplinaria que permita mejorar la calidad de vida de la persona.
Aunque existen diversas categorías de trastornos mentales, las principales hacen referencia a los trastornos neuróticos y los trastornos psicóticos.

Los trastornos neuróticos afectan la percepción del sujeto sobre sí mismo y el nivel de aceptación del Yo. Sin embargo, no suponen una desconexión con la realidad ni un alejamiento importante de la vida social.
Los trastornos psicóticos, en cambio, pueden incluir alucinaciones, delirios y una grave alteración afectiva y relacional. Por lo general, están determinados por factores orgánicos de importancia.
Es importante tener en cuenta que la definición de trastorno mental ha cambiado con el tiempo. Hasta 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluía a la homosexualidad y la transexualidad en su listado de trastornos mentales.

Por otra parte, la salud mental es definida como el completo bienestar psíquico y social, mientras que un trastorno mental implica la pérdida de dicho bienestar por motivos de distinta índole.

Definición de trastorno de personalidad

Un trastorno de personalidad está determinado por un conjunto de afecciones psiquiátricas que alteran el normal desarrollo de las relaciones interpersonales. Aunque su causa no puede ser determinada con exactitud, los especialistas hablan de la existencia de diversos factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo.
Trastorno de personalidadLa personalidad es un patrón complejo de características psicológicas que definen a un individuo. A partir de su personalidad, una persona da significado a su entorno, construye su propia imagen e interactúa con el medio. Cuando aparece un trastorno de personalidad, el sujeto no puede adaptarse a las diferentes situaciones de la vida cotidiana, ya que su personalidad se vuelve inflexible y funciona de forma distorsionada.

Dos de los principales componentes de la personalidad son el temperamento (que es innato y no se puede modificar pero sí controlar) y el carácter  (que se forma con la experiencia). Las fallas en el desarrollo de la persona inciden en el temperamento y en el carácter y pueden derivar en un trastorno de personalidad.
La ansiedad, la depresión, el elevado nivel de estrés y los ataques de pánico pueden ser síntomas de estos trastornos.

Entre los distintos tipos de trastornos de la personalidad aparecen los trastornos antisociales, histriónicos, obsesivo-compulsivos, evasivos, narcisistas, esquizoides y paranoicos.
Los especialistas dividen estos trastornos en tres grandes tipos: Grupo A, donde incluyen a los desórdenes excéntricos; Grupo B, que abarca a los desórdenes dramáticos, emocionales o erráticos; y Grupo C, para los trastornos ansiosos o temerosos.

El tratamiento de los trastornos de personalidad incluye las psicoterapias  y el uso de fármacos. El suministro de remedios variará de acuerdo al tipo de trastorno y a la reacción del paciente.

Definición de trastorno de ansiedad

Un trastorno es una alteración de la salud o un estado de enajenación mental. El concepto hace referencia a un desequilibrio que perturba el sentido o la conducta de un sujeto.
Trastorno de ansiedadLa ansiedad, por su parte, es un estado de inquietud o agitación del ánimo. Aunque no siempre es patológica (sino que es una emoción común que cumple con una función vinculada a la supervivencia), la ansiedad puede acompañar a algunas enfermedades como la neurosis.
En un estado de ansiedad, el sistema dopaminérgico del organismo se pone en funcionamiento como una respuesta frente a ciertos problemas o peligros. Cuando esta característica innata se transforma en patológica, estamos ante la presencia de un trastorno de ansiedad.

Existen diversos tipos de trastornos de ansiedad. El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) presenta una preocupación excesiva y constante respecto a diversos temas, pese a que el individuo no esté sufriendo ningún problema importante en particular. El TAG se refleja en problemas para dormir, irritabilidad, cansancio frecuente y contracturas musculares.

Los trastornos de ansiedad secundarios están vinculados al consumo de ciertas sustancias (como la cafeína, la marihuana o la cocaína), a una condición médica (hipertiroidismo, hipoglucemia) o a otros trastornos psicológicos (fobias, anorexia nerviosa u otros).

Por último, podemos mencionar a los trastornos de ansiedad social, que aparecen relacionados con los encuentros y reuniones sociales. De esta forma, quienes padecen este trastorno se sienten incómodos e inseguros cuando mantienen conversaciones o participan de fiestas, por ejemplo. El problema radica en el temor exagerado a ser objeto de un juicio negativo por parte del otro.

Definición de retardo mental

El retardo mental (también conocido como retraso mental o deficiencia mental) es una afección que se diagnostica antes de los 18 años de edad y supone que el individuo que lo padece presenta un funcionamiento intelectual que se ubica por debajo del promedio.
Retardo mentalEl retardo mental está formado por una serie de trastornos de naturaleza psicológica, biológica o social, que determinan una carencia de las habilidades necesarias para la vida cotidiana.

Por lo general, se considera que una persona sufre retardo mental cuando su funcionamiento intelectual es inferior al coeficiente intelectual de 70-75 y cuando presenta limitaciones significativas en dos o más áreas de las habilidades adaptativas.

Los médicos apenas logran detectar la razón específica del retardo en el 25% de los casos. Cabe destacar que estos trastornos afectan a entre el 1 y el 3% de la población mundial.

Es posible establecer distintos grados de deterioro a partir del retraso mental, desde el retardo leve o limítrofe hasta el retardo con profundo deterioro. Sin embargo, los especialistas prefieren no centrarse en el grado de retardo y trabajar en la intervención y cuidados para mejorar la calidad de vida del sujeto.
La disminución de la capacidad de aprendizaje, la falta de curiosidad, la incapacidad para responder en la escuela y la persistencia del comportamiento infantil son algunos síntomas del retardo mental.

Entre los factores de riesgo vinculados a la aparición de retardo mental aparecen las anomalías cromosómicas, genéticas o metabólicas, las infecciones (como la toxoplasmosis congénita, la encefalitis o la meningitis), la desnutrición, los traumatismos y la exposición intrauterina a las anfetaminas, cocaína u otras drogas.

Definición de salud mental

 La salud mental suele ser definida como el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural. Este estado  garantiza al individuo su participación laboral, intelectual y social para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Aunque el concepto de salud mental nace por analogía a la salud física, trata de fenómenos más complejos.

Salud mentalPor eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS)  ha asegurado que no existe una definición oficial acerca de la salud mental, ya que ésta siempre aparece influenciada por las diferencias culturales y la subjetividad.

De todas formas, puede decirse que la salud mental es un estado de bienestar emocional y psicológico, en el cual el individuo es capaz de hacer uso de sus habilidades emocionales y cognitivas, funciones sociales y de responder a las demandas ordinarias de la vida cotidiana.
Cabe destacar que la ausencia de una enfermedad mental no implica que el individuo goce de buena salud mental. El seguimiento del comportamiento cotidiano de una persona es la mejor forma de conocer el estado de su salud mental.

También hay que tener en cuenta que la salud mental no es una dimensión separada de la salud física, tal como lo recuerda la famosa sentencia latina “mens sana in corpore sano”. Existen evidentes conexiones entre las enfermedades mentales y las biológicas.

Los psicólogos aseguran que la salud mental debe ser promovida a nivel individual (con la motivación de los recursos propios de la persona a través de estímulos en la autoestima), a nivel comunitario (con una cohesionada inclusión social) y a nivel oficial (con planes estatales y acceso a la salud pública).


Trastornos mentales. Clasificación.

Son afecciones o síndromes psíquicos y comportamentales, radicalmente opuestos a los propios de los individuos que gozan de buena salud mental. En general, son causa de angustia y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico, afectando al equilibrio emocional, al rendimiento intelectual y al comportamiento social adaptativo. Se han descrito a través de la historia y en todas las culturas, pese a la vaguedad y dificultades de definición de este tipo de trastornos. 

A lo largo de la historia, y hasta tiempos relativamente recientes, la locura no se consideraba enfermedad, sino un problema moral —el extremo de la depravación humana—, o espiritual —casos de maldición o de posesión demoníaca—. Después de unos tímidos inicios, a comienzos de los siglos XVI y XVII, la psiquiatría empezó a ser una ciencia respetable en 1790, cuando el médico parisino Philippe Pinel decidió quitar las cadenas a los enfermos mentales, introdujo una perspectiva psicológica y comenzó a hacer estudios clínicos objetivos. A partir de entonces, y desde el trabajo en manicomios, se definirían los principales tipos de enfermedad mental y sus formas de tratamiento.

Clasificación

La división de los trastornos mentales en clases es todavía inexacta, y las clasificaciones varían según las escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización Mundial de la Salud (OMS), creó la DSM, clasificación de los trastornos mentales universal, que ha conocido hasta la fecha varias versiones.
La mayoría de los sistemas de clasificación reconocen los trastornos infantiles, (como el retraso mental) como categorías separadas de los trastornos adultos. También la mayoría trata de distinguir entre trastornos orgánicos, los más graves provocados por una clara causa somática, fisiológica, relacionada con una lesión o una anomalía congénita estructural en el cerebro, y trastornos no orgánicos, a veces también denominados funcionales, considerados más leves.

En parte, desde esta distinción en función de la gravedad y de la base orgánica, se diferencian los trastornos psicóticos de los neuróticos. De forma general, psicótico significa un estado en el que el paciente ha perdido el contacto con la realidad, mientras que neurótico se refiere a un estado de malestar y ansiedad, pero sin llegar a perder contacto con la realidad. En su extremo, como formuló Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, todos somos "buenos neuróticos", en tanto que los casos de psicosis son contados. Los más comunes son: la esquizofrenia, la mayor parte de los trastornos neurológicos y cerebrales (demencias), y las formas extremas de la depresión (como la psicosis maniacodepresiva). Entre las neurosis, las más típicas son las fobias, la histeria, los trastornos obsesivo-compulsivos, la hipocondria (miedo patológico a la enfermedad y la muerte), y en general todos aquellos que generan una alta dosis de ansiedad sin que haya desconexión con la realidad.

¿Es lo mismo Psiquiatría y Psicología?
La Psiquiatría es una rama de la Medicina especializada en los trastornos mentales. Los psiquiatras no sólo diagnostican y tratan estos trastornos sino que también realizan investigaciones para comprenderlos y prevenirlos.
Un psiquiatra es un médico que ha completado una especialización de postgrado en psiquiatría. Muchos psiquiatras también se especializan en psicoanálisis, psiquiatría infantil u otras subespecialidades. Los psiquiatras tratan a los pacientes en consultas privadas, en hospitales generales, o en centros especializados para enfermos mentales (hospitales psiquiátricos, clínicas ambulatorias, o centros comunitarios de salud mental). Algunos dedican parte de su tiempo a investigar o participar en programas de salud mental.
Por el contrario, los psicólogos, que suelen trabajar junto a los psiquiatras y tratan al mismo tipo de pacientes en ocasiones, no han recibido formación en medicina, y, por consiguiente, no pueden recetar medicamentos.
El campo de la psiquiatría es muy amplio en comparación con otras especialidades médicas. Los trastornos mentales pueden afectar a la mayoría de los aspectos de la vida del paciente, como su actividad física, conducta, emociones, pensamiento, percepción, relaciones interpersonales, sexualidad, trabajo y ocio. Estos trastornos están producidos por una combinación poco conocida de determinantes biológicos, psicológicos y sociales. La tarea del psiquiatra consiste en identificar las distintas fuentes y manifestaciones de la enfermedad mental.

Esquizofrenia La esquizofrenia es un concepto que abarca un grupo de trastornos graves, que normalmente se inician en la adolescencia. Los síntomas son agudas perturbaciones del pensamiento, la percepción y la emoción, que afectan a las relaciones con los demás, con un sentimiento perturbado de uno mismo y una pérdida del sentido de la realidad que deteriora la adaptación social de quien la sufre. La idea de mente dividida implícita en la palabra esquizofrenia se refiere a la disociación entre las emociones y la cognición, y no, como vulgarmente se supone a menudo, a una división en la personalidad, que más bien tiene que ver con otro tipo de trastornos como la personalidad múltiple que en la clasificación kraepeliniana sobre los trastornos se llamaban psicopatías.


Trastornos paranoides
Su síntoma principal son las ideas delirantes (creencia falsa, firmemente asentada y resistente por ello a la crítica), y las más típicas son las de persecución (se considera víctima de una conspiración), las de grandeza (el sujeto se cree de ascendencia noble, principesca, santa, genial, e incluso divina), o las celotípicas (celos desmedidos). En cualquier caso, la personalidad paranoide es defensiva, rígida, desconfiada, egocéntrica, por lo que se aísla, y puede llegar a ser violentamente asocial. Este trastorno normalmente suele iniciarse en la mitad o el final de la vida, destruyendo las relaciones sociales, sobre todo las de pareja.


Ansiedad, fobias y obsesiones
 La ansiedad es el síntoma predominante en dos casos: los desórdenes que suponen pánico ante situaciones concretas, y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis obsesivo-compulsivas, el pánico aparece cuando el individuo intenta dominar otros síntomas: el miedo irracional, desmedido, a una situación, objeto, o animal concretos que altera su vida cotidiana. Entre las más perturbadoras está la agorafobia (el miedo a los espacios abiertos) la claustrofobia (el miedo a los espacioso muy cerrados), tras el que en realidad se oculta un miedo desmedido a la muerte y al propio ataque de pánico que se pueda experimentar en esas situaciones, y que hace a los que la sufren incapaces de salir de su casa.
Por otro lado, las obsesiones, otras neurosis cada vez más frecuentes (frente a la histeria, que ha ido disminuyendo su frecuencia), consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sin embargo sometida a ellos. Por último, la compulsión es la tendencia irrefrenable a repetir mecánicamente comportamientos inútiles, rituales de comprobación o de previsión (lavarse las manos más de treinta veces al día, por ejemplo, o revisar una y otra vez la llave de paso del gas, o las joyas guardadas).
Enlaces sobre la ansiedad:
  • Edvard Munch, "El Grito" (1893).Sociedad Española Estudio de la Ansiedad y el Estrés - Agrupación de investigadores y profesionales, tales como psicólogos, médicos y pedagogos, que organiza congresos y reuniones y que también edita la revista Ansiedad y Estrés.
  • Ansiedad y Estrés - Una publicación multidisciplinar sobre psicología, medicina, neurociencias y ciencias sociales.
Más enlaces, relacionados con la agorafobia y la fobia social:
  • LA CRISIS DE ANSIEDAD, PANICO O ANGUSTIA (Y AGORAFOBIA) Información y apoyo sobre la crisis de ansiedad, pánico o angustia (y agorafobia. para pacientes, familiares o profesionales no especializados.
  • Trastornos de Ansiedad. Grupos de ayuda mutua Asociación sin ánimo de lucro de afectados por pánico-agorafobia, fobia social y obsesiones en Barcelona. Información y Grupos de ayuda mutua.
  • Web Agorafobia En esta pagina pretendo que todos los que sufran el problema de la agorafobia se puedan poner en contacto, y entre todos superar el problema. Pretendemos poner en funcionamiento la Asociacion Española de Agorafobia, ya fundada, para dar un mejor trato a los afectados por la agorafobia.  Trastornos de la personalidad
    A diferencia de lo episódico de los trastornos neuróticos e incluso de algunos psicóticos, los trastornos de la personalidad duran toda la vida, pues hacen que determinados rasgos de la personalidad del enfermo sean tan rígidos e inadaptados que llegan a causar problemas laborales y sociales, daños a uno mismo, y probablemente a los demás.
    La personalidad paranoide se caracteriza por ser suspicaz y desconfiada. La esquizoide ha perdido la capacidad e incluso el deseo de amar o de establecer relaciones personales, mientras que la esquizotípica se caracteriza por el pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraños. Las personalidades histriónicas se caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y de su expresión, relacionadas en parte con el siguiente tipo, la personalidad narcicista, que demanda la admiración y la atención constante de los demás.
    Las personalidades antisociales (antes conocidas como psicopatías), se caracterizan por tener un comportamiento irresponsable y nocivo para los demás. Los borderline son inestables en su autoimagen, estado de ánimo y comportamiento para con los demás, y los evitadores son hipersensibles al posible rechazo, la humillación o la vergüenza. La personalidad dependiente es pasiva hasta el punto de ser incapaz de tomar una decisión propia, forzando a los demás a tomar las decisiones. Los compulsivos son perfeccionistas hasta el extremo, e incapaces de manifestar sus afectos. Por último, los pasivos-agresivos se caracterizan por resistirse a las exigencias de los demás a través de maniobras indirectas, como la dilación o la holgazanería.


    Trastornos comunes: las Neurosis
    Neurosis, o psiconeurosis son términos que describen una variedad de trastornos psicológicos que originalmente parecieron tener su origen en algún problema neurológico, pero a los que hoy en día se atribuye un origen psíquico, emocional o psicosocial. Su característica principal es la ansiedad, personalmente dolorosa y origen de un comportamiento inadaptado. Sin embargo, las neurosis por lo general no son tan graves como para aislar al que las padece de una vida social normal, a diferencia de lo que ocurre con las psicosis, que habitualmente requieren hospitalización.
    Hoy en día, estos términos ya no son clasificaciones clínicas, porque ahora cada una se define desde sus propios síntomas, y en el DSM (Manual de Clasificación de las Enfermedades Mentales de la OMS, Organización Mundial de la Salud), publicado en 1987, no se incluyen las neurosis como tales, aunque se describen las enfermedades que antes englobaba este término. Son las siguientes:
     Trastorno por ansiedad generalizada. También conocida como ansiedad libre flotante, es una condición constante de displacer y de sentimientos aprensivos, que supone una sobrerreacción al estrés normal, leve, que no afectaría a una persona equilibrada.
     Crisis de angustia. Se caracteriza por los ataques de pánico que también se dan en el trastorno anterior y que son episodios de aprensión aguda, imposible de sobrellevar, acompañados de síntomas físicos como palpitaciones cardiacas, transpiración copiosa, respiración entrecortada, temblores musculares, náuseas y desmayos. Una persona que sufre un ataque de angustia se siente como si se fuera a morir.
     Fobias. Consisten en una respuesta de miedo desmedido ante un estímulo (por ejemplo, una serpiente), o ante situaciones que normalmente no se consideran peligrosas (por ejemplo, viajar en el metro). Para diagnosticarse como una fobia, el pánico debe ser lo suficientemente intenso y constante como para que interfiera en la vida normal del sujeto. La reacción emocional varía desde el mero disgusto al pánico. Normalmente, el fóbico se da cuenta de que su miedo es irracional, pero es incapaz de controlarse. La fobia simple es el rechazo a un objeto particular, por ejemplo a las arañas, y se pueden tener varias fobias simples. Las fobias sociales son las referidas a situaciones sociales, en las que, por ejemplo, la persona que las sufre se convence de que tartamudeará si tiene que hablar a un extraño, aunque no le suceda ni le haya sucedido nunca. La agorafobia (del griego ágora, plaza pública o mercado), que se manifiesta como miedo ante los lugares desconocidos, es seguramente la fobia más incapacitadora, ya que lleva en los casos más severos a hacer que el sujeto no se atreva a salir de su casa, y a que genere una fobia de segundo orden a su propio ataque de pánico, cuya posibilidad de ocurrir le aterroriza.
      Trastorno obsesivo-compulsivo. Este trastorno consiste en la persistente intrusión de pensamientos o impulsos desagradables en la conciencia del sujeto, y en las urgencias irresistibles (compulsiones) a desarrollar acciones o rituales para reducir la ansiedad consiguiente. Ambas características se suelen dar juntas en este trastorno. Por ejemplo, una persona obsesionada con la idea de que su casa puede ser saqueada y su familia atacada, comprobará reiteradamente que todas las ventanas y las puertas están cerradas, pudiendo llegar a hacerlo cientos de veces al día. Otro caso típico es el de las personas que tienen la compulsión de lavarse las manos.
     Trastorno por angustia de separación. Ocurre durante la infancia y consiste en un miedo irracional a estar separado de los padres. A menudo los adultos agorafóbicos han sufrido la angustia de separación cuando eran niños.
     Trastorno por estrés postraumático. Este término se acuñó después de la guerra del Vietnam para describir los síntomas psicopatológicos experimentados por los veteranos de guerra cuando volvían a su hogar. En la I Guerra Mundial se llamó neurosis de guerra, y en la II Guerra Mundial, fatiga del combate. Pero este trastorno no es exclusivo de las guerras, ya que puede aparecer después de cualquier tipo de desastre, como un accidente aéreo o una catástrofe natural (inundación, terremoto, etc). Los síntomas consisten en revivir los sucesos traumáticos, sufrir desarreglos del sueño, como pesadillas e insomnio, padecer ansiedad, distanciarse de los entornos normales, y perder en general el interés por las actividades que se realizaban antes del desastre.
     Personalidad múltiple. Se trata de un trastorno extremadamente infrecuente en el que más de una personalidad coexiste en el mismo individuo. A menudo, una de las personalidades es inconsciente de lo que ocurre mientras la otra domina, por lo que aparecen periodos de amnesia. Este trastorno sigue a una experiencia infantil extremadamente traumática.
    Otros trastornos neuróticos
    Además de la depresión neurótica y otros trastornos ansiosos, hay diversas situaciones que tradicionalmente se han considerado neuróticas, como la histeria, las reacciones de conversión (de un conflicto psíquico a una enfermedad orgánica irreal), la hipocondria y los trastornos disociativos.
    Los llamados trastornos psicosomáticos se caracterizan por la aparición de síntomas físicos sin que concurran causas físicas aparentes. En la histeria, las quejas se presentan dramáticamente, de forma teatral y se inician, por lo general en la adolescencia, para continuar durante la vida adulta. Es un trastorno que se ha diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, y en su extremo —la histeria de conversión— aparecen parálisis que imitan trastornos neurológicos, de modo similar a como en el dolor psicogénico no se encuentra causa física aparente del dolor. Por último, en la hipocondria el síntoma dominante es el miedo irracional a la enfermedad.
    Entre las formas de trastorno mental comprendidas entre las disociativas están la amnesia psicológica y la personalidad múltiple (antaño conocida como histeria de la personalidad alternante), una extraña enfermedad en la que el paciente comparte dos o más personalidades distintas, alternando el predominio de una o de otra (es el caso en el que se basa la obra de Robert Louis Stevenson Dr. Jekyll y Mister Hyde y la película de Alfred Hitchcock, Psicosis).
     Tratamiento de las neurosis
    La mayoría de las neurosis se tratan mediante el psicoanálisis u otras formas de psicoterapia dinámica. También las trata con bastante éxito la modificación de conducta (especialmente en el caso de las fobias y los trastornos obsesivo-compulsivos). En este tipo de trastornos, la medicación suele ser sólo un medio complementario para reducir los niveles de ansiedad, como la relajación o la hipnosis. Muchas de las neurosis responden bien al tratamiento, y sus efectos perturbadores sobre el sujeto se logran atenuar en gran medida.

    El trastorno más común: la depresión
    Estar triste y apático, verlo todo de color negro, no poder dormir o perder peso son algunos de los estados que pueden delatar una depresión. Sufrirla en situaciones como la pérdida de un ser querido o una enfermedad puede ser normal, pero si la depresión es muy intensa o prolongada en el tiempo, o no responde a una causa aparente, es necesario tratarla. Y para ello resulta imprescindible acudir al psiquiatra.
    Al igual que la alegría o el miedo, la depresión es una reacción normal e inevitable en determinadas situaciones, por ejemplo, ante una pérdida importante -ya sea de un ser querido, una posesión o una posición- o acompañando a numerosas patologías. Pero la depresión también puede ser en sí una enfermedad y ese sería el caso en el que no hubiera una causa razonable para padecerla o, si la hubiese, la depresión fuera demasiado intensa, de tal forma que impidiera desarrollar una vida normal, o demasiado prolongada en el tiempo.
    La tristeza, y con ella la apatía o el desánimo, es el síntoma más visible de la depresión, pero no es el único. Las personas deprimidas suelen tener también alteraciones del pensamiento, de forma que valoran negativamente sus capacidades o su responsabilidad en los acontecimientos y lo ven todo -su futuro, sus relaciones personales- de color negro. Esta es una razón por la que muchos depresivos adoptan una conducta autodestructiva e intentan suicidarse, toman drogas o caen en la bebida o el juego.
    Por otro lado, la depresión origina, además de ansiedad en muchas ocasiones, alteraciones en el funcionamiento del organismo: se pierde sueño y peso o, por el contrario y en menor medida, se duerme demasiado o se engorda; se produce una continua sensación de cansancio; son frecuentes los dolores de espalda o de estómago; y se pierde también el interés sexual y la capacidad para adaptarse a las situaciones de estrés. Además, la depresión afecta al sistema inmunológico, con lo que hay una mayor predisposición a contraer enfermedades.
    Pero, ¿cuál es el origen de la depresión? Según los expertos, no se puede hablar de una causa, sino de muchas. En principio, la depresión significa que algo funciona mal en el cerebro, es decir, que hay un problema en los mecanismos de neurotransmisión cerebral, en la conexión de unas neuronas con otras. Esto provoca la disminución de catecolaminas y serotoninas, sustancias que segregan las neuronas y que intervienen, entre otras cosas, en la adaptación de la persona al estrés y en la regulación de los estados afectivos. Esta situación se puede producir por múltiples motivos, pero un factor importante es el propio organismo del paciente y el grado de estrés al que esté sujeto. Hay personas que, por un déficit de neurotransmisores, con muy poca presión ya desarrollan una depresión y en otros casos los enfermos son más resistentes y llegan a la depresión cuando el estrés es muy intenso y largo y acaba agotando la capacidad del cerebro para reaccionar.
    Complicaciones
    En cualquier caso, existe una serie de circunstancias que son fuente clara de depresión. La muerte de un ser querido es una de las más específicas, pero en general habría que hablar de cualquier situación de estrés en la que se exija al individuo un rendimiento superior a su capacidad. El trabajo es, en este sentido, una de las causas más importantes de depresión, ya que, como comentan los expertos, tener una profesión que guste y que marche bien es todo un antídoto para la enfermedad, pero si es al contrario, el estrés está servido. Por otra parte, las relaciones interpersonales son también un factor a tener muy en cuenta, ya que tanto en situaciones de ruptura como en aquellas donde se produzca una falta de respeto, cariño o valoración de la persona la depresión puede hacer mella. Al igual que es muy característica la llamada depresión fin de vacaciones. Ocurre muchas veces que las vacaciones son muy estresantes, ya que hay un proceso de adaptación al lugar, se suele gastar mucho dinero y salen a la luz tensiones familiares y problemas que durante el resto del año, por falta de tiempo, están solapados. La gente vuelve entonces a casa deprimido. En otros casos, por el contrario, las vacaciones han salido tan bien que lo problemático es volver a la cruda realidad -es el mismo fenómeno que se produce los lunes después del fin de semana- y la depresión aparece a medida que va llegando el fin del descanso.
    Pero aunque en estos casos la causa de la depresión parece ser muy concreta, no siempre el origen de la enfermedad está tan claro. No es infrecuente que personas que viven una situación de éxito en todos los aspectos estén deprimidas y esto puede deberse a que el individuo se siente interiormente incapaz para estar a la altura de las circunstancias. En cualquier caso, las razones son muchas veces inconscientes y es necesario ahondar en ellas con ayuda especializada.
    En España, con unas cifras muy similares al resto de países occidentales, un 25% de la población sufre trastornos depresivos y de este porcentaje, un 5% padece desequilibrios serios. A razón de lo que establecen las estadísticas, las mujeres parecen ser -en una proporción de tres a dos- las más propensas a padecer depresión, aunque los expertos aseguran que, en principio, cualquier persona está predispuesta a sufrir la enfermedad.
    La adolescencia y la etapa que comienza en torno a los 50 años son los períodos más proclives para padecer una depresión, ya que son épocas de alteraciones hormonales y donde se producen grandes cambios en la vida de las personas. Sin embargo, en cualquier edad se puede desarrollar la enfermedad, ya que incluso cada vez está aumentando más la depresión entre los niños. Las razones todavía son inexplicables para los expertos.
    Buscar ayuda
    Pero una vez que aparece la depresión, sea a la edad que sea y fuera por la causa que fuese, hay que buscar ayuda especializada y para ello hay que acudir a un psiquiatra. La depresión no constituye un error, una debilidad o una falta, sino que es una enfermedad como la gripe o la diabetes. Su solución no está en superarse, poner buena cara o dominarse, ni tampoco en resignarse y aceptar el sufrimiento, sino en el seguimiento de un tratamiento adecuado, específicamente indicado, administrado y supervisado por un terapeuta experto.
    El tratamiento que se aplica es una terapia integrada, en la que junto a los fármacos, al paciente se le trata con psicoterapia. Los medicamentos son necesarios para reestablecer el funcionamiento cerebral y hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones los primeros síntomas son desagradables -mareos, somnolencia, atontamiento- y el paciente puede encontrarse peor. Según los expertos, esto no debe alarmar, ya que es el síntoma de que el fármaco está actuando en el cerebro y modificando las alteraciones que tenía. En cuanto a la psicoterapia, existen múltiples técnicas, encaminadas a conseguir resolver los conflictos internos y a potenciar las respuestas del organismo para adaptarse a las situaciones de presión. El papel de la familia o los amigos sólo puede limitarse a tener paciencia y prestar siempre apoyo al enfermo. Y, desde luego, hacer presión para que acuda al médico, ya que es la única forma de acabar con la enfermedad. La depresión se cura en un 90% de los casos, pero también se puede recaer y entonces es necesario un tratamiento de mantenimiento y revisiones periódicas. En cualquier caso siempre hay que tratarla, ya que de lo contrario no sólo se está produciendo un sufrimiento personal grande, sino que puede afectar a la capacidad de trabajar, de relacionarse e implica un riesgo muy grande de contraer enfermedades e incluso de llegar al suicidio.


    Las Causas de la Depresión.  (Por Francisco Javier Martínez Ruiz ©: Médico, Epidemiólogo, Microbiólogo, experto en Medicina Holística y Psicosomática). Colaborador con el Padre César Fernández de la Pradilla.
    A modo de simplificación y guía, podemos señalar que la Asociación de Psiquiatría Americana considera que una persona (no drogada ni que acabe de perder a algún ser querido) presenta formas mayores de depresión si presenta ininterrumpidamente durante mas de 14 días al menos 5 de los siguientes síntomas (al menos 3 para las menores):
  • Pesar, tristeza o ánimo deprimido la mayor parte del día (a veces irritabilidad en niños o adolescentes);
  • Disminución importante del interés en la mayoría de las actividades diarias;
  • Aumento o disminución importante del apetito;
  • Insomnio o sueño excesivo;
  • Agitación (evidente por el modo de frotarse las manos) o lentitud de movimientos;
  • Cansancio inexplicable o pérdida de energía;
  • Sentimientos de inutilidad o culpabilidad;
  • Indecisión o capacidad disminuida para pensar o concentrarse;
  • Pensamientos recurrentes de muerte, abandono o suicidio.
En niños y adolescentes la sintomatología se hace mas enmascarada y puede cambiar: «Posicionamiento» en el ambiente familiar y académico, absentismo/fracaso escolar, trastornos del esquema corporal y de la alimentación, fugas, mentiras, hurtos, promiscuidad, consumo de tóxicos y conductas parasuicidas, etc. son manifestaciones típicas de la depresión en menores de 25 años. La irritabilidad puede sustituir al ánimo deprimido. 
La depresión, en cualquiera de sus formas o variantes, es una de las mayores epidemias que afecta a la humanidad en los últimos decenios. Una pandemia que, sin embargo, tiende a ser invisible, dado que los deprimidos disimulan y se retraen, y los suicidas suelen ser ocultados. Es, además, un problema que crece y se extiende, como una negra y espesa mancha de aceite en nuestro actual estilo de vida y cultura, sobre todo en los países desarrollados y urbanizados. En estos países crece mucho mas deprisa en niños y adolescentes y la edad de inicio del primer episodio depresivo tiende a ser cada vez mas temprana. Los datos son los siguientes: Un 8-17% de las personas padecen en algún momento de su vida alguna forma de depresión grave, aunque formas menores de depresión mas o menos disfrazada afectan con cierta persistencia a un cuarto de la población edn algún periodo de su vida. Después de la pubertad, se deprimen el doble de mujeres que hombres. 

En los pacientes afectados (y también en sus amigos y familiares) la depresión merma la cantidad y, sobre todo, la calidad de la vida. Aumenta el pesimismo, la hipocondría, la desesperanza; y disminuye el flujo de pensamientos y acciones, la autoestima, el cuidado e higiene personal, el impulso al reto, a la aventura, a la búsqueda de soluciones, a las relaciones, al goce y al líbido. Además del sufrimiento, aislamiento e incapacitación que produce acarrea un importante riesgo vital: muchas enfermedades, accidentes, deterioros familiares, fracasos escolares y despidos laborales pueden atribuirse directa o indirectamente a la depresión; un 15% de los depresivos recurrentes mueren oficialmente por suicidio cada año en los Estados Unidos, lo que representa un número de muertes similar a la que produce el SIDA. La depresión, en sí misma, es un suicidio ralentizado, como una muerte en cámara lenta. Aunque nuestro cuerpo sigue funcionando (mas lentamente, por cierto), nuestra alma ha perdido su Sol, o yace en completas tinieblas. 

¿Cuáles son las causas de esta gran pandemia que tanto ha crecido en los países desarrollados desde la II Guerra Mundial?. Se han postulado muchas posibles causas de la depresión y, sin duda, existen probablemente muchos factores predisponentes y desencadenantes para una enfermedad que, como esta, es tan variada. Pero algunos de ellos tienen un papel causal muy importante y comprobado, no sólo en la especie humana, sino también en los animales superiores. Vamos a intentar esbozarlas: 

Los seres vivos están contenidos unos dentro de otros. Por ejemplo, las moléculas están dentro de las células, éstas están dentro de los órganos y sistemas, los cuales están contenidos dentro del organismo del individuo; pero el individuo, a su vez, está contenido dentro de su familia, y ésta dentro de su tribu, poblado y cultura, y éstos dentro de sistemas biológicos y económicos mas vastos que los engloban. Todos ellos, (micro) englobados y (macro) englobadores, son seres vivientes (biontes). Cualquiera de ellos, además, tiene estructuras resonantes en cada uno de los múltiples planos de manifestación del Ser universal; estos planos o «cuerpos», de mayor a menor densidad/visibilidad, han sido agrupados con los siguientes nombres: el material (físicoquímico), el orgánico (cuerpo biológico), el etérico (morfogenético), el astral (emocional), el intelectivo, el causal (teologal), etc. 

En la depresión se produce un derrumbe escalonado de englobadores y de planos de manifestación. A pesar de que hay interacción en los dos sentidos, el hundimiento de los planos sutiles y de los macroenglobadores precede cronológica y casualmente al hundimiento de los planos densos y de los microenglobados. Quizás sea este el origen de toda enfermedad. 

Cuando los científicos comprueban alguna altyeración en algún plano visible de algún microenglobado (por ejemplo, el conocido déficit de serotonina que se detecta en las postsinapsis de los sistemas nerviosos de los deprimidos), esa alteración es cierta y hay que tomársela muy en serio pero, en sí, sólo es una de las manifestaciones o efectos de la depresión, y no significa que la verdadera causa haya tenido que producirse forzosamente en la alteración, en el plano de manifestación y en el bionte que ellos han observado.
En muchos casos, la gran mayoría, se puede comprobar que la depresión está precedida por un periodo de «impactos» y estrés demasiado intenso, duradero y/o repetido; en otros casos, los menos, no se ha podido comprobar, lo cual no significa que no exista, quizás indirecta o mediatizamente, proviniendo de niveles distintos a las emociones conscientes. 

Estos impactos estrasadores pueden ocurrir en cualquiera de los biontes y planos de manifestación, aunque los mas vulneradores suelen ocurrir en los individuos y sus familias, así como en los planos instintivo-emocionales. En cualquier caso. el verdadero «derrumbe» depresivo se produce cuando el cuerpo intelectivo y teologal del individuo ha sido por fin bloqueado. 

Los impactos estresadores suelen provenir de pérdidas, miedos, fustraciones instintivas y, en general, choques emocionales ante los que el individuo cree que nada se puede hacer. Numerosas observaciones y experimentos demuestran que cuanta mas juventud, sensibilidad, soledad comunicativa e indefensión subjetiva tenga el individuo frente a lo que le golpea emocionalmente y le estresa, y cuanto mas inesperados, instintivos, duraderos y repetitivos sean dichos impactos... mas propenso a la depresión será el resto de su vida y mas graves y petinaces serán las formas depresivas en las que caiga el afectado. 

Los científicos nos aseguran que, para el individuo con vulnerabilidad promedio, mas de 50 días de stress continuado en el adulto desembocan indefectiblemente en transtornos emocionales primero, alteraciones del sueño después y depresión mas o menos profunda finalmente. Sin embargo, este periodo se acorta considerablemente en los adolescentes y aún mas en los niños, sobre todo si se sienten deprotegidos (no solamente por falta de afecto y cuidados, sino también por falta de normas de comportamiento eficaces); y también si los impactos estresadores son demasiado múltiples, brutales y/o duraderos. La desestructuración de los englobadores (familias, tribus, culturas, etc.) actúa como facilitador, disminuyendo notablemente la intensidad y la duración de los periodos estresadores necesarios para el desencadenamiento de las depresiones en los individuos. 

Sin embargo, se observa un aumento claro de depresiones y suicidios en individuos aparentemente bien gratificados y sin traumas como pueden ser los adolescentes y «jóvenes de oro» de Estados Unidos, o las poblaciones super-aseguradas por el «estado del bienestar» de, por ejemplo, los ricos y cultos países escandinavos. Esto indica que el verdadero «quid» generador primero de la depresión pueden no ser los «traumas stresadores repetidos», por mas que éstos sean los desencadenantes mas frecuentes y visibles, sino algo mucho mas central y sutil. Es aquí cuando los estudios sobre los efectos de la «indefensión» como bloqueadora del cuerpo causal (teologal) del individuo, cobran su enorme importancia etiológica, como engendradores de la depresión. 

Cuando no tenemos un mínimo control sobre los acontecimientos o, mejor dicho, cuando no «creemos que» (confianza) «podemos llegar a tener» (esperanza) un control sobre ellos, entoces abandonamos toda «pretensión» (volición), nos deprimimos, enfermamos e, incluso, podemos llegar a morir. La indefensión nos deprime justamente porque acaba rompiéndonos la fe, la esperanza y el amor, esas tres «virtudes» (fuerzas) «teologales» que los antiguos colocaron en la cúspide de todos nuestros motores morales.
Porque deprimirse es siempre, de hecho, desmoralizarse. 

En cuanto a la Terapia, la necesaria brevedad de este artículo me obliga a esbozar solamente una lista de los posibles múltiples instrumentos que deben aplicarse al tratamiento de la depresión. Dentro del enfoque Holístico, que es el que seguimos, necesariamente hay que atender a todos los planos de manifestación del Ser, es decir, a todos los «cuerpos» del individuo, desde los mas densos y visibles, hasta los mas sutiles e invisibles. 

Aunque el objetivo último a restablecer (¡o a inaugurar!) es la esperanza, la confianza y la volición del individuo, es decir su cuerpo causal (teologal), normalmente debe seguirse un orden reparativo ascendente, que empieza en lo físico (técnicas de relajación, masajes y ejercicios, balnearios y contacto con la naturaleza, magneto/helio/cromoterapia, musicoterapia, yoga físico y de la respiración, risoterapia, etc.) y en lo químico (oligoterapia, Sales de Schuesler, adecuación muy cuidadosa y experta de la medicación, especialmente de los psicofármacos, de los que el paciente normalmente se ha hecho dependiente), prosigue en lo biológico (fitoterapia de drenaje, de estimulación hormonal, ya sea africana, china, ayurvédica, etc.), sigue en lo etérico (homeopatía, radiestesia, oberbach, terapias sanacionales, etc.), continúa en lo emocional (flores de Bach, gemoterapia), atiende después a lo intelectivo (terapia cognitivas, PNL, etc. que, en ocasiones, requieren apoyos en terapias de «regresión») y finaliza por lo causal (terapia existencial, de «peregrinaje interior», yogas superiores y técnicas de meditación; y, especialmente, restitución de la dignidad y de las virtudes morales, como la verdad, la justicia, la solidaridad, etc. sobre todo las teologales (fe, esperanza y amor del individuo hacia si mismo y hacia su entorno). 

Este orden reparativo no es causal, ya que los procesos terapéuticos deben repetir la secuencia de despliegues que han formado al individuo (procesos ontogenéticos), al igual que éstos recapitulan siempre el orden de formación de los reinos, órdenes, especies y funciones que han ido apareciendo en la Naturaleza (procesos filogenéticos). 

El enfoque holístico que seguimos en muchas ocasiones obliga como es lógico a corregir graves anomalías de comportamiento y relación cuyo origen no sólo se detecta en el individuo (terapias de evitación, extinción, sustitución, ludo y laborterapia, etc.) sino también en la familia o en las «tribus» vecinales y laborales en las que está englobado el individuo (terapias de familia, interpersonal, etc.). Aunque mas que «corregir» deberíamos decir «señalar», «orientar», «facilitar» y «catalizar» lo que, en cualquier caso, deberán hacer al final los deprimidos y sus familias. Pues, especialmente en la terapia de la depresión nadie puede nunca «curar» a otro, y deben ser los propios seres vivientes quienes deben autocurarse finalmente a ellos mismos. 

Si queremos que alguien se beneficie de una bicicleta, podremos dársela y darle dos o tres clases teóricas, pero la «bicicleta» de la rehabilitación deberá montarla finalmente quien la debe disfrutar. No hay atajos para la rehabilitación en el deprimido de la conciencia, y de su formidable energía asociada. Ineludiblemente es así siempre. Y eso, precisamente, es lo bonito: la gran aventura. ¿O hay alguna otra?.

 

Diccionario de fobias :: Lista de fobias ir


 


 


 


jueves, 19 de mayo de 2011

LOS PROBLEMAS MENTALES DE LOS ANCIANOS


El curso del envejecimiento no implica necesariamente deterioro mental. En ancianos, aparecen niveles similares de funcionamiento intelectual a los de etapas anteriores, con el único requisito de haber llevado desde siempre una vida mentalmente "activa".
De hecho, las primeras investigaciones sistemáticas realizadas en occidente demostraron que el funcionamiento intelectual de las personas evaluadas era mejor que lo esperado a partir de los informes de familiares, y de investigaciones anteriores, de carácter biográfico.
No obstante, con la edad aparece el declive en la capacidad de adaptación, que se traduce en la disminución o deterioro de algunas funciones fisiológicas y mentales; dentro de éstas, la más notable es la pérdida de memoria inmediata, que es mayor si requiere velocidad o se producen interferencias.
Asimismo, se incrementa el tiempo de reacción, independientemente de la modalidad sensorial de entrada de la información, aunque la motivación y el aprendizaje previo reducen este efecto.
La capacidad verbal declina menos que la psicomotriz, al tiempo que la capacidad de aprendizaje se reduce, sobre todo si estos aprendizajes incluyen elementos novedosos para el anciano.
Respecto de aspectos de personalidad, los estudios sugieren que con la vejez aumenta la introversión y disminuye la sociabilidad. Las mujeres se vuelven más activas y dominadoras, al tiempo que en los hombres aumenta la pasividad. Hay más atención hacia el mundo interior (balance vital). La autoestima se conserva, salvo en lo referente a actividad física y sexual, que disminuye.

LOS ANCIANOS
MANTIENEN
PIERDEN
  • Vocabulario
  • Información general
  • Sentido común
  • Razonamiento aritmético
  • Personalidad (hacia extremos)
· Razonamiento abstracto
· Capacidad de aprender
· Memoria
· Velocidad de reacción
· Atención-concentración
· Control emocional
· Organización espacio-temporal
Algunos de los factores que pueden sugerir deterioro mental son:
  • Propensión a perder o no localizar cosas.
  • Problemas de coherencia verbal.
  • Abandono personal (vestido, higiene,...).
  • Agresividad, ira.
  • Incontinencia.
  • Desorientación espacio-temporal.
Estos factores no siempre son síntoma de enfermedad mental, y pueden estar apareciendo influidos por algún problema orgánico, efectos secundarios a la mediación que el anciano esté tomando, o simplemente, a alguna alteración significativa en el medio ambiente habitual en que se desenvuelve.
1. DEMENCIAS. En realidad, bajo este rótulo se engloban diferentes enfermedades que inciden de forma dramática en el funcionamiento intelectual del anciano, a partir del deterioro de las neuronas del cerebro. Es un trastorno crónico que incide en la memoria, la capacidad de concentración y el aprendizaje. Están asociadas en gran medida al aumento en la esperanza de vida, pues suelen aparecer a partir de los 70 años. Afectan más a las mujeres.
Sus síntomas incluyen:
  • Tendencia a olvidar episodios recientes.
  • Recuerdos vívidos de hechos pasados, muy alejados en el tiempo (niñez, primera juventud), que, incluso, pueden ser absolutamente novedosos para sus familiares.
  • Dificultad progresiva para orientarse respecto del espacio y del tiempo, que desencadena un progresivo aislamiento.
  • Exageración de algunos rasgos de su personalidad, y aparición de facetas nuevas que toman la forma de "manías" (guardar cosas, esconder su dinero,...).
  • Desaparición de aficiones o hábitos.
  • No suele haber alteración de conciencia.
Alzheimer. Es la demencia más común, y de consecuencias más incapacitantes. Tanto la edad de comienzo como la velocidad del deterioro son variables, aunque suele iniciarse en edades avanzadas y con un curso lento y regular. Afecta progresivamente a todas las funciones intelectuales, desde la memoria o el reconocimiento de rostros hasta el pensamiento o el lenguaje.
Demencia multiinfarto. Producida por pequeños infartos que afectan al suministro de sangre al cerebro, sus efectos dependen de la funcionalidad de la zona cerebral afectada. En caso de efectos sobre las capacidades mentales, no es extraño encontrar periodos alternativos de lucidez y total confusión.
1. ESTADOS CONFUSIONALES. Con frecuencia, como ya se ha comentado, la confusión es un síntoma de alguna enfermedad orgánica (infección, fallo cardiaco,...), accidente, o efecto secundario de algún fármaco, especialmente sedantes, o anti-Parkinsonianos. La avitaminosis también puede provocar confusión aguda.
Típicamente, lo más llamativo es la desorientación espacio-temporal, que tiene carácter fluctuante, con momentos de confusión seguidos de periodos de plena orientación.
2. TRASTORNOS PARANOIDES. Se presentan con alteración marcada de la conciencia que incluye ideas delirantes (estar perseguidos, ser mensajeros de algún acontecimiento especial,...) y en ocasiones, alucinaciones. También hay que desechar la influencia de los fármacos.
3. DEPRESIÓN. Hasta hace poco tiempo, se ha prestado poca atención a la aparición de comportamientos depresivos en los ancianos, tales como la tristeza recurrente o la pérdida de interés en acontecimientos de su entorno, en la creencia de que eran manifestaciones normales de la vejez.
La depresión afecta más a las mujeres, en una proporción de 2:1, y en ancianos se presenta de forma poco típica, con pocos síntomas y de evolución lenta, asociada a enfermedad física y situaciones de pérdida o soledad. Algunas características pueden ser:
o Pérdida del apetito.
o Estreñimiento.
o Problemas de sueño; reducción y despertar temprano.
o Enlentecimiento general.
o Sensación de pena, focalizada a veces en alguna pérdida (ser querido, cambio de domicilio,...).
o Quejas sobre su estado de salud.
o Respuesta positiva a manifestaciones de atención.
o En ocasiones, episodios de agitación.
o Alteraciones mentales (dificultades de concentración, autorreproches, pensamientos suicidas).
Quizás el factor más importante a la hora de precipitar depresión sea el aislamiento social, derivado de: muerte de pareja, dificultades de desplazamiento, limitaciones perceptivas, dependencia económica, ....
Como factores protectores de la aparición de depresión en ancianos, podemos citar la existencia de apoyo social eficaz, y la posesión de creencias religiosas.
Respecto del suicidio, aparece en ancianos en proporciones significativamente más elevadas que en el resto de la población, y afecta más al sexo masculino. Asimismo, la relación entre tentativa y consumación es mayor que en la población general.
En este sentido, hay que extremar la vigilancia sobre el momento en que el anciano diagnosticado de depresión comienza a mejorar, pues esta mejoría puede ayudarle a tomar "fuerzas" para consumar el suicidio.
PAUTAS DE INTERVENCIÓN.
1. EN DEMENCIAS.
o Proporcionar al anciano un ambiente controlado y rutinario, donde su sensación de control sea grande. Siempre que sea posible, utilizar iluminación natural.
o Establecer horarios y hábitos bien establecidos, facilitando con señales su reconocimiento. Instaurar cadenas de comportamientos.
o Evitar la reorientación repetida, pues provoca frustración.
o Desviar su atención, si repite las mismas preguntas.
o Hablarles siempre de forma abierta y relajada, procurando mantener contacto ocular y expresión facial de agrado.
o Reducir ruidos y otras circunstancias que puedan ponerles nerviosos.
o Facilitar la consolidación de recuerdos recientes (fotografías, relatos,...).
o Si hay problemas de sueño, eliminar las siestas.
Respecto de los procedimientos específicos para la prevención o recuperación de los déficits de memoria, se utilizan los denominados mnenónicos. Éstos pueden ser de dos tipos:
o Externos: utilización de cuadernos, notas, relojes con alarma, ...
o Internos, se han utilizado estrategias de varios tipos:
1. Cara-nombre, asociando un rasgo facial distintivo a cada nombre a recordar.
2. Loci, colocando mentalmente los elementos a recordar a lo largo de un recorrido familiar.
3. Búsqueda alfabética, elaborando una palabra con las iniciales de la lista de elementos a recordar.
1. EN DEPRESIÓN.
Ante todo, hay que evitar que cualquier comportamiento depresivo sea "premiado"; sobre todo los relativos al mantenimiento de actividades diarias (no quedar en la cama, aseo, vestido, comidas, paseo,...).
Respecto del llanto, puede ser beneficioso como desahogo, pero debe evitarse que se convierta en una forma de asegurar la atención de los que rodean al anciano.
Los problemas de sueño pueden paliarse mediante el control de horarios de sueño y vigilia, aunque la tendencia a levantarse temprano suele ser resistente a cualquier tratamiento.
Conviene ayudar a la realización de comportamientos "de actividad", incluso utilizando la instigación física. Suele ser muy útil asociar diferentes actividades del anciano, como cadenas de comportamientos, de forma que la consecución de la primera conducta facilite la aparición de las restantes.
Respecto de los pensamientos depresivos, la estrategia general consiste en relativizar los contenidos, indicando al anciano los aspectos positivos o alternativos al pensamiento concreto.
En caso de riesgo de suicidio, se requerirá de asistencia especializada, aunque conviene seguir las siguientes recomendaciones:
o Tomar en serio las amenazas de suicidio.
o Vigilar al anciano en riesgo, impidiendo incluso que permanezca sólo.
o Tomar medidas de seguridad (cerrar la puerta, esconder objetos peligrosos,...).
o Estar muy alerta respecto de un cambio de humor positivo, puede ser indicio de inminencia del intento de suicidio.
NECESIDAD DE ACTIVIDAD FÍSICA Y MENTAL
Es de sobra reconocida la influencia positiva que en los ancianos tiene la realización de actividades, en sus sensaciones tanto físicas como psicológicas.
No obstante, en ocasiones parece que "obligar" a las personas mayores a realizar actividades que, de entrada, no realizan de forma espontánea, es una forma de no respetar su libertad y su individualidad.
Entre ambos planteamientos, podemos llegar a un punto medio, en que respetemos la libertad de elección de la persona, al tiempo que fomentemos la realización de diversas actividades.
Y para ello, quizás lo primero sería desterrar un mito arraigado en nuestra cultura; esto es, que a partir de ciertas edades es tarde para iniciar hábitos o cambiar los ya adquiridos.
De hecho, las primeras investigaciones sistemáticas realizadas en occidente demostraron que el funcionamiento intelectual de los ancianos era mejor que lo esperado a partir de los informes de familiares, y de investigaciones anteriores, de carácter biográfico.
Asimismo, se mantiene una gran capacidad para nuevos aprendizajes, con el único requisito de que el procedimiento sea lento, paso a paso, y no se les intente enseñar varias cosas o actividades a la vez.
  • Actividades recomendables.
Decidir qué tipo de actividades son adecuadas para cada persona mayor es sencillo si tenemos en cuenta dos principios:
A. Observar las actividades que los ancianos realizan cotidianamente y, a partir de ellas, elaborar un listado de otras actividades posibles a realizar. Ir siempre desde lo más sencillo para ellos, e instigar pequeños cambios en su comportamiento. Alabarles sinceramente la realización de sus actividades.
B. No obligarles a realizar tareas que consideren desagradables, molestas o degradantes.
Algunas de las actividades recomendables genéricamente son:
· Paseos al aire libre. Favorecen la capacidad respiratoria, activan la circulación sanguínea, favorecen la actividad mental y mejoran el estado general.
· Actividades diarias. Favorecen el mantenimiento de una cierta autonomía (marcar números de teléfono, abrir y cerrar grifos, colocar la ropa en perchas, calzarse, etc), al tiempo que afianzan hábitos de actividad.
· Hábitos de salud positivos. También sirven para el mantenimiento de la autonomía funcional del anciano, al tiempo que previenen o controlan la aparición de problemas de salud. Dentro de estos hábitos podemos citar la higiene corporal general (ducha-baño, higiene buco-dental, higiene de los pies), horario de comidas, dieta sana, etc.
· Ejercicio no violento. El hábito de ejercicio diario ayuda a combatir los achaques naturales de la vejez, y ejerce un efecto benéfico sobre todo el organismo. Está comprobada su efectividad como reductor de los síntomas de ansiedad y estrés, y su efecto antidepresivo. Subir escaleras o jugar a la petanca, si se realizan habitualmente, son buenos ejercicios.
· Evitar el sedentarismo. La inactividad predice una vejez patológica.
· Respeto al horario y duración del sueño. Es una necesidad equilibrar la actividad y el reposo. En muchas ocasiones, el anciano duerme durante el día y sufre de insomnio nocturno. Una buena manera de evitar esta inversión del horario del sueño es mantener un adecuado programa de actividades diurnas.
· Mantenimiento de la capacidad visual. La vista es un sentido de crucial importancia para relacionarnos con el entorno. Algunas normas de higiene visual son: no forzar la vista, utilizar las gafas y leer con luz adecuada. La conservación de la vista favorece, además, el hábito de la lectura, que permite al anciano adquirir conocimientos, entretenerse y estar al día de los sucesos del mundo.
· Trabajos manuales. El estímulo de nuevos aprendizajes puede ser un motivador importante para el anciano. La actividad manual, además, permite ocupar el tiempo libre y ejercitar la mente.
· Aficiones. Hacer crucigramas, puzzles o juegos de mesa también sirve para ejercitar la mente. Además, las aficiones colectivas evitan el aislamiento.
· Relación con otras personas. Unas buenas relaciones sociales alargan la vida en cantidad y calidad, al tiempo que sirven para intercambiar afectos, participar de la vida social y favorecer el sentimiento de vinculación del anciano.
· Conversación. Favoreciendo la expresión de emociones y la rememoración. Respecto de esta última, la evocación posee siempre un significado personal para cada uno y en los ancianos fortalece su autoestima, al tiempo que nos provee de información sobre aspectos que pueden ser relevantes en nuestra relación con ellos.
· Nuestra actitud.
El cuidado de personas nunca es fácil, pues se involucran sentimientos y emociones en la relación de ayuda. Quizás la mejor manera de enfrentar estas situaciones sea el conocimiento de uno mismo.
Aunque este tema se trata con detalle en otros módulos, si cabe citar aquí dos reglas de oro de comportamiento, en orden a promover la actividad creativa de los ancianos:
A. Aceptación incondicional. Enfrente de nosotros tenemos a una persona respetable por encima de todo. Y debemos hacerle percibir ese respeto, interesándonos por sus problemas o inquietudes, al margen de que objetivamente sean tan importantes.
B. Comprensión empática. Intentando ver la realidad desde su punto de vista y facilitando la expresión de estados de ánimo y emociones.

QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER?


La enfermedad de Alzheimer es llamada “la enfermedad del siglo.” No es la consecuencia normal y benigna del envejecimiento. Hasta ahora se sabe que unas placas amiloides atacan el tejido sano del cerebro causando el deterioro constante en las habilidades mentales. Se caracteriza por la incapacidad progresiva de la memoria, el juicio, el razonamiento.

 La Demencia es un término médico que describe el grupo de síntomas y comportamientos observados en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer y otros desordenes de la memoria. Una persona con demencia pierde la habilidad para recordar y razonar. Ocurren cambios en la personalidad, la actitud y el comportamiento de esa persona.
Esta enfermedad es degenerativa y ataca el cerebro. Afecta la memoria, el comportamiento y el razonamiento del individuo y a medida que avanza, se vuelve más severa.
Los primeros síntomas varían de persona a persona, pero siempre causan un deterioro en las actividades del diario vivir, y eventualmente necesitarán cuidado a largo plazo. El progreso de la enfermedad pasa por varias etapas, a diferente ritmo e intensidad y sus síntomas coinciden entre si en cada etapa.
La enfermedad puede clasificarse en tres etapas principales:

 Etapa
Manifestación
Leve (1-3 años)
Pérdida moderada de la memoria, más que todo relacionada con eventos recientes.
Dificultad en encontrar palabras (anomia).
Dificultad con relación al tiempo.
Desorientación geográfica.
Dificultad para resolver problemas.
Depresión.
Moderada (2-10 años)
Pérdida severa de la memoria.
Pérdida de la facultad de expresión hablada.
Desorientación en tiempo y lugar
Dificultad con el razonamiento y el juicio.
Cambios de personalidad y comportamiento.
Severa (8-12 años)
Pérdida severa de la memoria.
Palabras sin sentido o mutismo.
Orientado hacia su propia persona
Incapáz de tomar decisiones o resolver problemas
Postura rígida y doblada.
Incontinencia

Primera etapa: Temprana - Leve (Olvido) – 2 -10 años
La pérdida de la memoria es uno de los primeros síntomas que la familia empieza a notar. La persona comienza a repetir preguntas o frases, se confunde con frecuencia y se pierde fácilmente. La ejecución de las tareas del hogar, el trabajo o situaciones sociales se desmejoran, lo mismo que el juicio.Temprano en la enfermedad, la persona tiene dificultad para encontrar palabras sencillas; tiene problemas visuo-espacial que le dificultan la habilidad para organizar los objetos alrededor de la casa, como tambien la orientación en/o hacia lugares desconocidos. También demuestran ansiedad y a veces depresión.
Casi nunca la persona y/o familiares son concientes que existe un problema de salud durante ésta etapa. Por el contrario, creen que la fatiga, demasiada tensión, inconstancia, terquedad y pereza son las causas del problema.
Listas de cosas para hacer y otro tipo de recordatorios, podrían ayudarle a la persona con Alzheimer, a mejorar la habilidad de recordar. Un horario de rutina diaria y un método de cómo realizar actividades cotidianas también pueden ser muy útiles.
Por lo general la persona en esta etapa puede permanecer en el hogar, cuidada por familiares.
Manifestacion:
• Muestra dificultad para recordar eventos recientes
• Puede mostrar desorientación geográfica
• Pérdida de la espontaneidad y el gusto de la vida.
• Pérdida de la iniciativa.
• Depresión

Segunda etapa: Intermedia - Moderada (Confusión) – 2 a 10 años
A medida que la enfermedad progresa, la persona tiene dificultad en recordar los eventos recientes y en retener los conocimientos de hechos actuales. La habilidad para el lenguage se deteriora; le és difícil encontrar palabras para describir los objetos; la comprensión y el juicio se empeoran. Por ejemplo, la persona ya no puede viajar sola aunque, puede ir a lugares bien conocidos por el/ella. Además, la persona ya no puede manejar situaciones complejas tal como, balancear la chequera. La persona casi siempre se muestra desorientada en tiempo y lugar, aunque está orientada en su persona, por ejemplo: no sabe que día es, ni donde se encuentra, pero si sabe quién es.
Ocurren una variedad de cambios de la personalidad y del comportamiento que afectan a la familia y/o los cuidadores. Estos cambios pueden incluir: indiferencia, falta de interés en actividades diarias y agitación, entre otras.
Algunos de los cambios del comportamiento pueden ser: terquedad, resistencia y rechazo al cuidado, sospechas hacia las personas, deambular en la casa, y el uso de lenguaje grosero y/o abusivo.
A las personas con la enfermedad de Alzheimer se les cambia el ritmo del sueño. Se pueden despertar varias veces durante la noche y deambular en la casa. Les dá pánico si no reconocen los alrededores. Ahora es el momento de asegurar la puerta principal para que la persona no pueda salir de la vivienda sin supervisión. Puede incluso decorar la puerta para que pierda la apariencia como tál.
Muchas veces la persona con Alzheimer no está consiente del decaimiento de sus funciones. Aún la persona que está consiente del cambio, con el paso del tiempo irá perdiendo esa conciencia. Lo impredecible de los cambios de un día para otro, produce más tensión en la persona que cuida al paciente con la enfermedad de Alzheimer.

Manifestación
• Confusión y desorientación en cuanto a tiempo y lugar.
• Aumento de la pérdida de la memoria.
• Falta de concentración.
• Dificultad para pensar con lógica y para tomar decisiones.
• Acciones, palabras y preguntas repetitivas.
• Problemas con el lenguaje.
• Cambios de personalidad.

Tercera etapa: Final-Severa (Demencia severa) – 8-12 años
En ésta etapa la persona ya no puede sobrevivir por si sola. Es incapáz de recordar eventos relacionados con su vida, no recuerda el nombre de los familiares o amigos. Cuando de pronto se mira al espejo, no se reconoce y se asusta. El delirio es común, y puede sufrir de depresión, agitación y comportamiento violento. La persona con Alzheimer en ésta etapa, está casi siempre desorientada al tiempo y lugar, y generalmente es incapáz de comer y usar el baño por sí misma; necesita ayuda para seleccionar la ropa y vestirse.
Eventualmente la persona queda completamente incapacitada y desorientada. La comunicación entre el cerebro y el cuerpo están severamente lisiados. La incontinencia es común.
Los cambios emocionales y de personalidad se hacen más severos. Pueden llorar constantemente. En esta etapa tambien ocurren cambios importantes en el sistema nervioso que le afectan la flexibilidad del cuerpo, y la rigidéz comienza a asentarse. Se puede observar que la persona con Alzheimer se sobresalta y asusta al escuchar ruidos estridentes y repentinos. Tiene la tendencia a llevarse los objetos a la boca y chuparlos y agarra los objetos sin querer soltarlos.
La persona con Alzheimer ahora depende totalmente del cuidador, quien provee supervisión y asistencia constantes en las actividades diarias tales como: asistirlo en el sanitario, bañarlo, vestirlo, alimentarlo y movilizarlo.

Manifestación
• Incapacidad para usar y comprender palabras
• Pérdida de la capacidad de reconocerse a si mismo(a) cuando se mira en el espejo
• No reconoce a la familia
• No puede atender sus necesidades básicas
• Sufre de incontinencia
• Pérdida de peso aún con una dieta balanceada
• Problemas para tragar

II. SÍNTOMAS CONDUCTUALES

A la persona con Alzheimer la acompañan muchos cambios de comportamiento, debido al deterioro que causa la enfermedad en el cerebro.
En algunos casos, los eventos o factores que están presentes en el medio ambiente son los causantes de que estos comportamientos se presenten; por ejemplo, el momento del baño, una tarea muy compleja, o la persona no se siente bien fisicamente.
Es importante que el cuidador trate de comprender porqué la persona con demencia se comporta de manera particular. Si el cuidador reconoce cuales son las situaciones que precipitan el comportamiento problemático es posible que pueda prevenir que este ocurra de nuevo.
Algunas razones médicas que pueden precipitar problemas de comportamiento:
Efectos de las medicinas – Los medicamentos pueden causar confusión, así como cambios en el nivel de funcionamiento. Las caídas, somnolencia, agitación, movimientos extraños de boca o de manos, pueden ser señales de reacciones a ciertas medicinas. Informe al médico de los cambios que están ocurriendo en la persona.
Dificultad para ver y/o escuchar – La visión y la audición son sentidos importantes para la sobrevivencia del ser humano. Si estos sentidos están deficientes pueden afectar la capacidad de entendimiento a lo que se dice. Lleve la persona a un chequeo de la vista y los oidos.
Enfermedades pasajeras– Tales como: infección urinaria, neumonía, e infección gastrointestinal producen fiebre, y agravan la confusión en la persona con Alzheimer.
Enfermedades crónicas – Tales como: angina, problemas cardíacos y la diabetes pueden afectar el comportamiento de la persona, y volverla irritable, confundida. Asegúrese de administrar las medicinas a tiempo.
Deshidratación – Muchas personas con Alzheimer no consumen suficientes líquidos porque no reconocen la sensación de la sed, o se les olvida beber agua. Las señales más comunes de deshidratación son:
• mareos
• confusión
• rechazo a tomar líquidos
• resequedad en la piel.

Comienze a darle pequeñas cantidades de agua para beber y con frecuencia; aplíquele una crema con hidratantes para suavisar la piel y evitar que se rompa.
Constipación – Ésta situación puede llegar a producir compactación de las heces fecales, y esto a su vez puede producir delirio. Déle a la persona jugos naturales y alimentos con fibra para estimular el sistema digestivo.

Causas relacionadas con el medio ambiente tales como:
Lugar o espacio muy grande – A veces el lugar donde la persona habita es espacioso y esto causa confusión a la persona con Alzheimer. Trate de reducir ese espacio creando una area mas pequeña donde la persona pasa el mayor tiempo.
Desorden/congestion – Mantenga el area donde la persona con Alzheimer vive, descongestionada de muebles y otros objetos que puedan obstruirle el camino. Recuerde que la persona con Alzheimer está perdiendo el sentido de orientación y del espacio.

Demasiada estimulación – Cuando hay mucha actividad en el ambiente como: música mientras se conversa, demasiada gente alrededor, la persona con Alzheimer puede reaccionar con enojo o frustración. Puede ser que ésta persona llegó al punto de saturación y es incapaz de manejar la situación.
Falta de orientación o sugerencias – A medida que la persona pierde sus habilidades mentales, se le hace cada vez más difícil desenvolverse en su medio ambiente. Puede perderse dentro de su propia casa buscando el baño, ya que todas las puertas lucen lo mismo. Ingéniese una forma de marcar la dirección hacia el baño, la cocina, el comedor, la alcoba, etc, bien sea con gráficas o marcas en el piso.
Capacidad sensorial disminuída – A medida que las personas envejecen van perdiendo un poco de los sentidos para ver, oir, palpar, gustar y oler. La poca o mucha iluminación puede afectar la concentración para comer; los contrastes visuales entre la pared y el piso, los colores o diseños en la baldosa o tapetes en el piso pueden causar caídas y confusión.
Falta de estructura en el medio ambiente – Las personas que sufren demencia necesitan cierta rutina y estructura diaria en la cual puedan depender, para así minimizar la tensión del diario vivir. Por ejemplo, no cambie los muebles con frecuencia. Sin embargo, permita que haya flexibilidad para acomodar los cambios del estado de ánimo de la persona, por ejemplo: un horario rígido para el baño puede causar problemas para ambos, cuidador y persona con Alzheimer. Tal vez la persona no se siente bien en este momento y como no sabe expresarlo de manera normal, se pone a gritar o a querer huir.
Medio ambiente desconocido- Cuando planee actividades para la persona con demencia, o decida modificar el medio ambiente para acomodar las necesidades especiales de ésta persona, trate de enfocarse en situaciones que la persona pueda reconocer. Utilize los colores, objetos y posesiones personales de ésta persona para que se sienta cómoda rodeada de lo conocido.

Causas relacionadas con la tarea
Tarea muy complicada – A veces le pedimos a la persona con demencia que lleve a cabo tareas que son muy difíciles y abrumadoras para ellos, aunque parezcan simples para nosotros. Vestirse o lavarse los dientes son ejemplos de tareas que son muy complejas, por los diferentes pasos a seguir para completarlos.
Demasiados pasos a seguir - Asegúrese que la persona lleve a cabo su rutina, un paso a la vez; recuerde que ésta persona tiene pérdida de la memoria y ya no es capáz de hacer dos o tres cosas a la vez.
La tarea requiere modificación - A medida que el nivel de funcionamiento de la persona con demencia cambia, es necesario que el cuidador lleve a cabo los primeros pasos para que la persona se motive a continuar con ellos. Por ejemplo: a la hora de comer, la persona no recuerda para qué es esa cuchara que tiene en la mano. Usted le puede demostrar, o le guía la mano hacia la boca al tiempo que le menciona los movimientos. Es posible que la persona pueda continuar sola el resto de la comida.
Tareas desconocidas - Las personas con demencia pierden gradualmente la habilidad para aprender tareas nuevas. Ayúdelo a continuar con algo simple y familiar como lavar los platos, lijar y pintar un proyecto, hacer jardinería, etc.

Causas relacionadas con la comunicación – La comunicación entre el cuidador y la persona con demencia es extremamente importante y difícil. Muchas veces la persona con demencia se enoja o se agita porque no entiende que es lo que se espera de ella, o se frustra porque no puede hacerse entender. Recuerden que está perdiendo la habilidad para encontrar palabras y describir objetos.
III. MANEJO DE SINTOMAS CONDUCTUALES
Redirección – Cuando la persona se empecina en hacer algo, como pensar que “tengo que salir de aquí,” distráigala dándole algún objeto para tocarlo, sáquelo a caminar, mire fotografías de la familia, etc. Entreténgala con conversación, comida, bebida o actividades.
Validación – No reaccione a la emoción de la persona si la persona está enojada: “¿Estás austado?”Yo te acompaño o “Yo sé que te sientes triste.” o “Se te perdió la billetera? Vámos a buscarla juntos.” No reaccione a la emoción de la persona, si no a los sentimientos detrás de esa emoción, por ejemplo: si la persona está enojada dígale “sé que estás frustrado, te comprendo.”
Relajación –Háblele a la persona con voz calmada y suave. Hágale un masaje en la cabeza, brazos y manos. Abrácela, tóque música suave o toque una cinta con sonidos suaves de la naturaleza como lluvia, olas rompiendo en la playa, etc.
Actividades – Tenga en cuenta las habilidades e intereses que la persona tenía antes de enfermarse y adáptelas para la situación presente, tal como: tareas del hogar, pintando una silla o jugando dominó(aunque no lo juege bien).

IV. CUIDADO PERSONAL

1. Alimentación
Las personas con Alzheimer a veces rechazan alimentarse o pierden el apetito. Una de las tareas del cuidador es la de investigar el por qué esto sucede.
POSIBLES CAUSAS:
Sicológica o médica
• Resequedad en la boca
• Incomodidad en la boca debido a enfermedad de las encias o dientes postizos incómodos
• Cambios en la visión que no permiten a la persona ver bien los alimentos o utensilios para comer.
• Muchos elementos alimenticios en el plato
• Constipación
• Los músculos de la garganta y mandíbula no trabajan bien etc.

Medio ambiente
• Lugar nuevo y desconocido
• Falta de buena iluminación
• Muchas distracciones como: ruidos
• Mucha gente
• Malos olores cerca del comedor.

Otras causas
• Ya no comprende como comer
• No puede coordinar los movimientos de los cubiertos
• El cuidador lo acosa para que termine de comer rápido
• Temor
• Ansiedad.
Posibles soluciones:
Dificultad para masticar los alimentos:

Aplique una presión suave sobre los labios o bajo la quijada, déle instrucciones verbales: “ mastique, ahora trague.”, demuéstrele como se mastica, asegúrese de que la persona está cómodamente sentada, evite alimentos pegajosos como los bananos, mantequilla de maní, pan blanco.
Dificultad para tragar los alimentos:

Recuérdele de tragar con cada bocado; acaríciele la garganta suavemente; mire dentro de la boca por comida guardada en la mejilla; permita que pase suficiente tiempo entre bocados; suavise los alimentos; humedezca los alimentos; evite alimentos duros de masticar y tragar como: nueces, rositas de maíz, vegetales crudos, tostadas etc.
Atoramiento con los alimentos sólidos:

Ensaye comidas suaves como huevos revueltos, fruta enlatada, requesón, yogurt, jelatina con frutas y jugo de naranja, salsa de manzana, pollo picado, puré de papas, etc. También puede convertir la comida sólida en puré.
Atoramiento con líquidos:

Déle líquidos espesos como: néctar de durazno, néctar de pera, batidos de leche, etc.
Es importante comunicarle al médico si la persona empieza a guardar los alimentos en las mejillas, a escupir los pedacitos de comida, y a masticar los alimentos por mucho tiempo. Estas son señales de que está desarrollando dificultad para tragar.
Hambre insaciable:

Reparta las comidas entre 5 0 6 comidas pequeñas por día; mantenga disponible una bandeja con bocaditos de baja caloría como: manzanas, zanahorias, etc.
Falta de apetito:

Ofrézcale un vaso de jugo o de vino ( si el médico lo permite) antes de la cena para estimular el apetito; prepare los alimentos que han sido los favoritos de la persona; mezcle helados o pudines en la comida si esto lo motiva a comer, aproveche que la persona coma cuando se sienta hambrienta.
2. Dificultad a la hora del baño

Evalúe la mejor hora para el baño, por ejemplo, a qué hora la persona está mas relajada. Sea consistente con la rutina del baño que la persona tenia antes de enfermarse, como el tipo de baño: si era de bañera, de ducha, o de esponja o combinación.
POSIBLES CAUSAS
Sicológica o médica
• La depresión causa desinterés en el aseo personal
• Cámbio en la percepción de la temperatura del agua caliente o fria Sensación desconocida del agua, debido a cambios en el cerebro.
• La persona ya no capta el agua, ni entiende su significado y uso y puede asustarse.

Medio ambiente
• La mala iluminación no permite ver la ducha o bañera
• No puede encontrar el baño
• Falta de privacidad
• La temperatura del baño está muy fría
• El agua está muy profunda (en la bañera)
• El agua está muy fría o muy caliente
Otras causas
• Temor a caerse
• Ha olvidado el propósito del baño
• Temor al agua o de ser lastimado por el agua
• Fatiga
• Se siente vulnerable o siente vergüenza de estar desnudo ante otras personas Demasiados pasos a seguir
• Ha tenido una larga espera mientras se prepara el baño.
• Asegúrese que la temperatura del baño está tibia
• Cierre la puerta o las cortinas para darle privacidad

Posibles soluciones
• Si el baño se convierte en un problema, lave la persona a diario con una esponja y báñela dos o tres veces por semana
• Prepare el baño con anticipación para evitar una larga espera
• No deje la persona sola en el baño
• Entréguele a la persona una toallita para que se distraíga mientras el cuidador lo baña
• Toque música suave.
• Empiece a lavarlo por los pies y vaya subiendo
• Envuelva la parte superior del cuerpo de la persona con una toalla mientras se baña en la bañera para que ésta se sienta con cierta privacidad.

3. Incontinencia

Durante las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, la persona mantiene su independencia y capacidad para ir al sanitario sola. Pero a medida que la enfermedad avanza, se deteriora su habilidad para reconocer la necesidad de evacuar y empiezan a suceder los “accidentes.”
POSIBLES CAUSAS
Sicológicas o médicas
• Las infecciones del tracto urinario
• Vaginitis
• Problemas de la próstata
• La deshidratación puede causar incontinencia al disminuir o eliminar la señal para orinar
• Ya no entiende la señal de la necesidad de ir al baño, debido a cambios en el cerebro.

Medio ambiente
• El baño está muy retirado
• El piso del baño y la tasa del baño son del mismo color
• Falta de señalización para llegar al baño
• La persona tiene dificultad en bajarse de la cama para ir al baño.

Otras causas
• La persona con demencia ya no puede expresar la necesidad de orinar
• La persona puede tener dificultad en quitarse la ropa para ir al baño
• La persona ya no recuerda que hacer una vez que esté en el baño
• La tarea es muy complicada, pues son varios los pasos a seguir
• El cuidador está apurando a la persona a que termine rápido de hacer sus necesidades
Posibles soluciones
• Lleve a la persona con Alzheimer donde el médico para que le haga un examen físico bien completo
• Asegúrese que la persona esté bebiendo suficientes líquidos
• Establezca una rutina con horario específico para tomar bebidas
• Lleve a la persona al baño antes y después de las comidas, y antes de acostarse
• Asegúrese que la persona de veras orina antes de levantarse del inodoro
• Observe las señales no verbales que indican la necesidad de ir al baño, como: halarse el cinturón, bajarse la cremallera o bajárse los pantalones Simplifique la vestimenta usando Velcro en lugar de cremalleras o botones
• Cambie la ropa cuando esté mojada; no permita que la persona se acostumbre a la ropa húmeda
• Acostúmbre a la persona a usar protectores (pañales) contra la incontinencia
• Si la persona tiene “accidentes”, lávele la piel. Es importante mantener la piel de la persona limpia y seca para prevenir el salpullido y llagas. Hay productos especiales que actúan como jabón y acondicionadores para la piel; tambíen hay cremas para sanar la irritación del pañal.

V. MEDICACIÓN

Los diferentes medicamentos a veces pueden contener los mismos ingredientes activos. Si la persona con Alzheimer está tomando varias medicinas, asegúrese que todos los médicos conocen las medicinas recetadas por cada uno de ellos, para evitar tomar mucho de un mismo ingrediente y así evitar reacciones alérgicas.
La acción recíproca de las medicinas (interacción)

La acción recíproca de las medicinas pueden hacer los medicamentos menos efectivos, causar efectos secundarios o aumentar el efecto de la medicina. Es importante que usted el cuidador, lea las etiquetas para reducir el riesgo de interacciónes.
Por ejemplo, mezclar una medicina para ayudarlo a dormir (sedativo) y una medicina que toma para aliviar la alergia (antiestamínico), pueden demorar las reacciones de la persona con Alzheimer y causar accidentes.
Mezclar ciertos medicamentos y una bebida alcohólica puede hacerlo sentir cansado y demorar las reacciones.
Una condición médica puede hacer que ciertas medicamentos sean potencialmente peligrosas. Ejemplo, si la persona tiene presión alta, podría sentir una reacción adversa cuando usa un descongestionante nasal.
La comunicación con el Médico

Informe al médico(os) de los cambios drásticos que usted observe, cambios en el comportamiento, cambios físicos y emocionales.
Cuando el médico receta una medicina nueva, pregúntele:
• si puede tomar ésta medicina con otras medicinas
• si debe evitar cierto tipo de alimentos, bebidas y otros productos
• cuales son las posibles señales de peligro de interacciones


LA TENSIÓN EMOCIONAL DEL CUIDADOR
Ahora que a usted le corresponde cuidar a una persona con Alzheimer, posiblemente un familiar, van a ocurrir muchos cambios en su vida personal. La importancia de su papel como cuidador es supremamente importante puesto que será usted a quien se recurre para supervisar, vigilar, cocinar, ser acompañante e intérprete de la persona con Alzheimer. Ahora le tocará a usted atender a la persona en sus cuidados personales como: ayudarlo a bañarse, vestirse e ir al sanitario. Usted deberá convertirse en un aliado de las agencias de servicios y de los médicos, los asistentes de cuidados en el hogar con los que tiene que lidiar y hasta con los choferes de las busetas que los transporta a las citas en el hospital, institución y terapistas.
La mayoria de los cuidadores comparten la vivienda con la persona con Alzheimer, lo cual se le convierte en una rutina diaria de 24 horas de trabajo.
Para alcanzar los objetivos de cuidado, es importante estar cerca de la persona que tiene Alzheimer y a la vez, distante de la enfermedad y de los cambios que ésta conlleva.
• Implemente un espacio saludable de distancia emocional; recuerde que la persona que está recibiendo el cuidado no es responsable de los cambios en su salud. Distancia emocional significa ser más objetivo, colocando sus necesidades personales y sentimientos a un lado, para concentrarse en lo específico. Utilice le humor cuantas veces sea posible.
• Anticipe y planifique los cambios en las necesidades de cuidado, el nivel de las limitaciones o habilidades que experimentan las personas con Alzheimer.

ASUNTOS DE FAMILIA

Los cuidadores sienten una gran variedad de emociones en cuanto al rol que representan. Experimentan la limitación de su libertad, aislamiento de la familia, interrupciones en el trabajo, falta de cooperación del resto de la familia y la falta de tiempo para atender su propia salud y descanso. A veces reaccionan con temor, ira, amargura y resentimiento. Es importante que el cuidador sepa y entienda que estas emociones son normales, debido a las abrumadoras demandas que el cuidado de una persona con Alzheimer requiere.
Es necesario que el cuidador entienda la diferencia entre “sentirse deprimido” de vez en cuando y sufrir de “depresión clínica”, una enfermedad que puede y debe ser tratada. Otras razones por las cuales los cuidadores sienten tristeza y desesperanza es la fatiga, falta de tiempo para si mismos, cambios en la dinámica de la familia, la lidia con documentos y asuntos legales, médicos y financieros.
Asuntos de familia
El trabajo de atender a una persona crónicamente enferma es demasiado para una sola persona. Es importante que toda la familia colabore con usted; que usted tenga tiempo para descansar lejos del enfermo, que le den apoyo y estímulo, que contribuyan económicamente y que realicen parte de las tareas que implican el cuidado del enfermo.
En muchos hogares de una persona con Alzhaimer hay adolecentes y niños. Aunque los jóvenes no estén directamente involucrados en el cuidado, es necesario educarlos acerca de la enfermedad de Alzheimer, las consecuencias y el impacto que causa en toda la familia. Hay que recordar que éstos jóvenes están pasando tambíen por cambios físicos y emocionales, y si no saben lo que le pasa a la persona enferma, se sienten avergonzados del comportamiento del enfermo, se quejan de falta de privacidad para sus estudios, se alejan de sus amigos, o de su propia familia. A veces éstos jóvenes pueden ser abusivos y crueles con la persona, porque no entienden la actuación de la persona enferma. Si usted se toma el tiempo para explicarle a los jóvenes y niños el proceso, y los involucra en alguna actividad con el enfermo, estarán más concientes de su rol como cuidador y pueden relevarlo a usted de su labor, por un rato. Los niños son excelentes observadores y también son muy flexibles. Los adolecentes también pueden ser extraordinariamente compasivos, responsables y altruistas. Hágalos partícipes del cuidado y comprométalos a hacer algún tipo de actividad con la persona con Alzheimer.
IX. LOS RECURSOS DEL CUIDADOR

Es muy importante que como cuidador, usted organize un sistema de apoyo pidiendo ayuda a la familia, amigos y vecinos, para darse a sí mismo algún tiempo libre y descansar (tener respiro)de sus tareas de cuidador por unas horas. Esto lo ayuda a conservar su salud tanto física como emocional. Entérese de los servicios que hay en la comunidad.
X. RECURSOS EN LA COMUNIDAD
Tan pronto que se sepa el diagnóstico de Alzheimer, comienze a hacer preparativos para la persona, tales como un abogado para hacer preparativos para el futuro financiero, medicos, servicios en el hogar, acomodaciones residenciales. Busque programas cuya filosofía, medio ambiente, localización y precio están de acuerdo con sus necesidades.
Centros de cuidado diurno
Estos programas proveen supervision a la persona afectada por la enfermedad. Mientras asiste al centro, podrá participar en actividades estimulantes, de acuerdo a sus intereses y habilidades. Allí podrá socializar con otros participantes. El familiar tiene la oportunidad de continuar trabajando, estudiando y atendiendo su hogar y asuntos personales. Estos centros abren sus puertas desde temprano en la mañana y cierran tarde al final del día. Casi todos los centros diurnos proveen transporte y supervisión de enfermería.
Servicios de cuidado en el hogar (Home Care)
Los servicios de cuidado en el hogar incluyen pero no se limitan a:
Quehaceres Domésticos

Este servicio se provee varias veces a la semana y ayuda en labores de limpieza ligera en el hogar.
Cuidados personales

Cuando la persona con Alzheimer requiere ayuda en su aseo personal, a veces es necesario este servicio para asisitir al cuidador en su tarea. Una asistente de enfermera provee el servicio varias veces a la semana según sea necesario.